Hemos estado visitando la iglesia de Sagrado Corazón. Hablamos con dos mujeres que llevan aproximadamente diez u once años como voluntarias dedicándose a las familias que más lo necesitan. 
Aparte de ellas dos, hay diez voluntarios más, todos son católicos.
Ellos se dedican a ayudar a 1300 personas aproximadamente donándoles una bolsa de comida al mes con lo más necesario para el día a día, también donan ropa o se vende por uno o dos euros. Incluso en algunos casos se les paga la luz y el agua.
Aparte de los voluntarios hay gente que ayuda dando comida, ropa y tiempo. Si en algún caso una persona quisiese ser voluntaria solamente debe de asistir a un pequeño cursillo. Estos suelen dedicarse como mínimo 12 horas al mes. Pero como bien nos han dicho lo que más les gusta de ser voluntarias es la felicidad de las personas cuando las ayudan. Como ellas nos dijeron, los voluntarios son personas con buen corazón, bondadosos y sus objetivos son construir otro mundo para los más necesitados.
Las personas que acuden a la parroquia ya van como último recurso porque no tienen nada. El número de familias ha aumentado mucho en estos últimos años sobre todo de gente española y de nuestro propio barrio de Burjassot.
Esta parroquia está en contacto con el Ayuntamiento, el Banco de alimentos, las ayudas de Europa y las demás parroquias, así evitan tener conflictos con las personas porque cuando a una persona se le da una bolsa de comida no puede ir a otra parroquia y pedir porque está grabado en el ordenador que está en contacto con todas las parroquias.
La visita a la parroquia fue bastante instructiva ya que nos enseñaron a dónde tenían los alimentos o cómo los distribuían por cada familia. También nos enseñaron el ropero que es donde está toda la ropa que la gente dona. Y, gracias a estas cosas, son las que nos hacen darnos cuenta de que aun queda gente solidaria en este mundo.