Los agujeros negros son regiones finitas del espacio, en cuyo interior existe una concentración de masa lo suficientemente elevada y densa como para generar un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni la luz, puede escapar de él.Los agujeros negros se forman en un proceso de colapso gravitatorio, este proceso comienza después de la extinción total de la energía, “la muerte”, de una gigante roja (estrella de 10 a 25 o más veces la masa del Sol).
Tras varios miles de millones de años de vida, la fuerza gravitatoria de dicha estrella gana la batalla y llega a colapsar dicho astro por la auto atracción gravitatoria, que termina por convertirlo en un agujero negro. Este proceso acaba por reunir una fuerza de atracción tan fuerte que atrapa hasta la luz en este.
La esperanza de vida de los agujeros negros es muy larga debido a que pierden energía muy lentamente. Cuanta más masa tenga, más tardará en desaparecer, es decir, un agujero negro poco masivo, “pasará a mejor vida”, más rápidamente que uno más masivo, “devolviendo” al espacio la energía que estuvo absorbiendo durante todo su vida útil.
Los agujeros negros se pueden alimentar de gases cercanos como también de estrellas enteras.
Cuando dos agujeros negros chocan entre sí, hacen un agujero negro más grande. Sin embargo, la masa del agujero negro más grande no es la suma de las masas de los dos más pequeños. Es un poco menos, porque parte de su masa se convierte en energía y se irradia en ondas gravitacionales, como ya comentábamos en un artículo anterior en Prensa2.
Beatriz Sebbe, 4ºESO