Desde el pasado 14 de marzo que el gobierno decretó el estado de alarma, muchas personas de distintos países están aisladas en sus casas por culpa de un nuevo virus al que todavía le siguen buscando cura, el COVID-19.
Este virus se detectó por primera vez en China, en diciembre del 2019, y habiendo llegado a más de 100 territorios, el 11 de Marzo de 2020 la OMS la declaró pandemia.
Para prevenir la expansión del virus, los gobiernos han impuesto restricciones de viajes, cuarentenas, confinamientos, cancelación de eventos y cierre de establecimientos… el miedo a la escasez ha llevado a compras de pánico, ha habido desinformación y teorías conspirativas difundidas en línea sobre el virus.
El número de fallecidos en España hasta el 30 de abril se elevó a 24.543, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. Los fallecimientos comenzaron un poco antes, ya había algún caso en Enero o Febrero, el gobierno nos ocultó un poco la gravedad del asunto, ya que a día 10 de marzo las fallas seguían estando en pie, pero cuando la cosa se puso más fea tuvieron que suspenderlas, ya que había que evitar a toda costa las aglomeraciones y había que mantener al menos un metro de distancia con las demás personas. Pero no es solo la suspensión de las fiestas, es que han cerrado comercios y toda la gente que trabaja en bares, hoteles, peluquerías… lo tienen muy difícil.
El Gobierno español anunció un paquete por 200.000 millones de euros, de los que 100.000 millones serán garantías de crédito a PYMES.
La gran pregunta ahora es si las medidas anunciadas hasta el momento para combatir el impacto económico del virus serán suficientes para reaccionar con rapidez. El defensor del pueblo, Francisco Fernández Marugán, se ha dirigido a los ministros de Sanidad, Hacienda, Interior, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación para hacerles llegar los problemas que los ciudadanos y ciudadanas plantean en el millar de quejas recibidas hasta el momento, relacionadas con la crisis sanitaria del COVID-19.
Todo este desastre se podría haber evitado si desde el minuto uno de la expansión de este virus se hubiera tratado, es decir, si ya ha habido casos de muerte y hay riesgo de contagio mayor, el gobierno debería de haber suspendido las fiestas antes y haber evitado esas manifestaciones antes, así, a lo mejor, no tendríamos que estar ahora mismo pasando casi mes y medio de confinamiento, trabajando y estudiando desde nuestras casas y cada vez que hay que salir a comprar comida hacerlo con mascarillas y guantes.
Este virus nos ha dado una lección a la humanidad, ahora cuando pasemos tiempo con nuestros familiares y amigos, sabremos lo valioso que es, porque nunca sabes cuando te pueden faltar.
Lucía Alguacil
Economía 4º ESO