Hace poco, se destapó que la empresa de ropa de la archiconocida Dulceida enviaba a todos los países del mundo, excepto a las Islas Canarias.
Fue un usuario de la plataforma Twitter quien lo destapó, se hizo viral en horas y a partir de esto, las reacciones de los usuarios canarios nos dejaban ver que esto no era un caso aislado, sino que era su pan de cada dia.
El pasado mes de diciembre fue Amazon quien se unió a la cola de no enviar a Canarias. A veces el problema no es que no envíen, sino que a veces las pocas tiendas online que envían a Canarias, presentan una diferencia de casi el 1000% entre los gastos de envíos a Península, Baleares y las Canarias, causando así que iguale o supere el precio del producto comprado. Otra traba.
Pero, ¿a qué se debe esto?
El geoblocking es su gran enemigo.
Pero, aunque en la mayoría de lo casos esto beneficia a los empresarios, es tan abusivo que la UE quiere eliminarlo. Aún así, adivina, las empresas no están de acuerdo. Prefieren quedarse en su egoísmo comercial y llenarse los bolsillos a cambio de “abusar” del dinero y paciencia de otros.
Se deberían dar cuenta de que esta racanería tan capitalista es una discriminación a zonas que por solo tener tal vez un IVA especial ya está totalmente tachada de los beneficios de los avances tecnológicos de hoy día, de los beneficios que otras personas de incluso países más remotos sí que tienen, que ni que no fuera un país declarado.
Los empresarios deberían dejarse de tantas políticas abusivas y abrirse más al mundo.
Judith Martínez / Economía 4º E.S.O