Comienza un análisis de emisiones de radio interestelares en busca de posibles señales artificiales.
¿Podría existir en otro planeta una civilización en la misma etapa de avance tecnológico que la nuestra? Si hay alguna no muy lejos, quizá esté generando señales electromagnéticas, y los científicos de la Tierra podrían captar esas señales.
Varios proyectos de investigación relacionados con la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) se han llevado a cabo desde finales de 1950, principalmente en Estados Unidos. Ninguno de esos proyectos ha obtenido resultados medianamente esperanzadores, aunque algunas señales sin origen identificable han llamado la atención, como la señal llamada «Wow!«, captada en 1977.
Se han mejorado mucho los instrumentos y técnicas para detectar señales de posible origen alienígena de las señales. La última señal descubierta por un grupo de investigadores ha sido una ráfaga de radio rápida que se repite de forma regular cada 16 días, le han llamado FRB180916.J0158+65.
Aproximadamente la mitad de los datos provienen del radiotelescopio de Parkes en Nueva Gales del Sur, Australia, que está perfectamente ubicado para escanear todo el disco galáctico ya que se encuentra enfocado en el centro de la galaxia, el lugar más apropiado si se quiere captar alguna señal extraterrestre, ya que ahí la densidad de estrellas es muy elevada.
Grimaldi, un experto en la materia estima que la probabilidad de detectar una señal se hace muy pequeña sólo a partir de un radio de 40.000 años-luz. Pero hasta ahora, los científicos solo han podido buscar señales dentro de un radio de apenas 40 años-luz.
Si os interesa este tema, podéis ver Contact, una película del año 1997, donde una astrónoma y su equipo captan la emisión de una misteriosa señal de radio proveniente del espacio.
La doctora Eleanor Arroway acaba de descubrir un mensaje de los extraterrestres, pidiendo a la Tierra, la construcción de una máquina con la que podrían mantener un contacto regular. Puede ser la respuesta a una incógnita que ya dura demasiado tiempo, pero quizás sea el indicio de una amenaza que se cierne sobre la Tierra.
Laura López, 4ºESO